INTELIGENCIA ESPIRITUAL: Hacia una Construcción
Ética de la Comunidad de Fe.
Adolfo Céspedes M.
Universidad
Reformada
Fundamentalmente
deseamos escribir un ensayo que pueda ser de ayuda a la construcción social y
ética de la comunidad eclesial, pero sin eximir que pertenecemos a un contexto
conciso religioso como lo es el cristianismo y mucho más el pentecostalismo,
quienes para mi opinión necesitan de una revaloración del concepto de
espiritualidad y de religiosidad, al igual que de una investigación objetiva de
su origen biológico, histórico y ético. Para lograr esta meta necesitaríamos de
una relevancia al termino inteligencia espiritual, luego un análisis de su
origen biológico y también prehistórico, para más tarde hacer un contraste
entre espiritualidad y religiosidad, después tocare el tópico sobre la
espiritualidad desde la ética, agregare el problema de hablar de ética de la
espiritualidad en nuestro tiempo (Posmodernidad) para que por fin terminemos
dando un concepto claro de lo que entendemos por espiritualidad en la comunidad
y la relación que tiene con la ética, y cual sería nuestra propuesta para desarrollar
inteligencia espiritual.
En
otro orden de ideas este esbozo teórico nos lleva a admitir que la
espiritualidad se ha entendido en términos místicos, en situaciones de éxtasis
y de alienación, conceptos que nos han alejado no solo de entender la
espiritualidad sino que también de vivirla, dando paso a que se vuelva a la
parte de negar como tal la existencia de Dios o de creer en él pero sin cuidado
de lo que hace, totalmente indiferente ante sus acciones, por eso creemos que la
espiritualidad necesita de una revitalización y redescubrimiento en términos
axiales para nuestro mundo hoy.
La espiritualidad como parte de
nuestra naturaleza
En
primer lugar la vida nos ha enseñado que los seres humanos podemos ejercer
diferentes opciones de capacidades por las múltiples disciplinas en las que nos
sentimos capaces de funcionar, todos los seres humanos poseemos diferentes
inteligencias, la emocional, la intelectual y la afectiva, hecho, que ya fue demostrado
en el campo científico, hoy día a partir de Danah Zohar y el psiquiatra Ian
Marshall se habla al igual de inteligencia espiritual (Boof, L. 2012:1) como la
capacidad de vivir una experiencia con la profundidad de nuestro interior
humano en nosotros, que pueda servir de expresión para con los demás.
Boof
(2012:1) nos dice que el ser humano no solo contiene una parte corporal, ni
solo interior como parte psíquica, sino que al igual tenemos una lado mucho más
allá de esa parte psíquica que habita en nosotros siendo como una dimensión de profundidad,
esta no contiene nuestras emociones ni
tampoco nuestros sentidos, sino que posee algo más profundo de nosotros con el
que podemos interactuar, yo le llamaría un yo interior, que algunos podrían
confundirle con la conciencia, ese que tiene la capacidad de vivir una
experiencia única de reflexión, comprensión e incidencia hacia todo nuestro yo
esencial; es claro que no hablo de algo diferente a nosotros mismos, recreando
una dualidad, en realidad este es solo una parte de nuestro todo, ya que el ser
humano no son partes desiguales entre sí, sino que al contrario es una
conjunción de una sola parte holística: de uno solo, un todo.
Así
mismo se puede señalar que todos los seres humanos sin excepción de ninguno
poseemos esta clase de inteligencia, algunos en menor escala, pero no porque no
puedan desarrollarla, sino simplemente porque no han determinado hacerlo. Lo
más interesante de todo esto es que la ciencia nos ha permitido encontrar esa
parte que algunos cientificistas llaman “El punto de Dios en el cerebro”,
porque desde la neuropsicología es posible detectar a través de un proceso de
neuroimagen el momento en que se activan algunos lados del cerebro admitiendo
que existe un circuito neuronal que registra la experiencia espiritual, se
activa como tal el lóbulo temporal que es la zona en la que los procesos de
audición, aprendizaje, memoria y emoción utilizados en la experiencia
espiritual al ser desarrollada, la zona inferior pues del lado derecho se
procesan imágenes en el culto que las asociamos continuamente y en el lado
central del lado derecho es sensible a las emociones que se activan cuando se
participa a eventos espirituales de oración. ( )
Entonces
esto nos muestra que hay una base biológica para hablar de la espiritualidad,
pero no como Freud que afirmaba que la religión estaba creada en nuestro
cerebro, diciendo que el cerebro creaba la situación religiosa, al contrario hoy
afirmamos que es la experiencia religiosa la que toma la iniciativa y nos
permite a nuestro mundo corpóreo activarse ante ella.
Inclusive
esto nos permite remontarnos al pasado, a siglos y siglos de existencia del ser
humano, donde este antes de ser un ser de cultura, de preparación intelectual,
de la búsqueda por la verdad y la opinión ante ella, era un ser en la nada que
construía cosas importantes para su desarrollo o evolución misma. Aunque no se tenía
mucho conocimiento si había conductas de búsqueda por lo desconocido, adoración
a lo sublime, al mismo universo, a la misma naturaleza o a los dioses que ellos
mismos se inventaban a través de sus mitos y leyendas, antes de ser ese ser
humano preparado había dentro de él una conciencia espiritual, Los seres
humanos, desde sus orígenes y primeros pasos de evolución han desarrollado un
compromiso ante lo espiritual, como lo describe José María Vigil (2005:306) del
pensamiento de Diarmuid ó Murchu cuanto
más se sumergen los especialistas en la (Pre) historia de nuestra humanidad, lo
que encuentran no es analfabetismo, incultura, salvajismo caníbal – Como lo
imaginamos al pensar en la prehistoria –
sino una creatura espiritual y
socialmente integrada con el mundo de su tiempo en evolución. Es decir que
el ser humano hombre y mujer es un ser espiritual a priori.
¿Religioso o Espiritual?
De
modo que el ser humano decidió ser antes más espiritual, que religioso. Porque
lo religioso ha establecido demasiadas normas, leyes, ritos, costumbres,
hábitos que lo han institucionalizado llevándolo a una organización que ha
sacado lo espontaneo y lo que produce entusiasmo, así que lo organizado está en
crisis, porque se ha olvidado del origen de la palabra “Religión” como lo que
dice Boof (2012:1) lo que nos liga y
religa unos a otros y todos a la fuente originaria, lo que nos une a lo
sagrado. El ser humano está dejando la religión sin alejarse de lo que lo
religa, o sea está dejando viva su espiritualidad, que no es más que su
experiencia con lo sagrado, con lo divino, dice Vigil (2005:296): “La religión es simplemente una forma de las
muchas en las que se puede expresar esa realidad onmiabarcante y máximamente
profunda que es la espiritualidad, que se da en todo ser humano, antes y mas
debajo de su adhesión a una religión”.
Es
decir, la experiencia es lo que está cobrando vida para quienes buscan a Dios
no solo en las iglesias, sino aun dentro suyo. Es mas estos que son ajenos a la
intelectualidad de nuestras academias, han propuesto desde su misma
irracionalidad un paradigma, el paradigma de la experiencia religiosa. las religiones viven de esta experiencia
espiritual. Son posteriores a ella. La articulan en doctrinas, ritos,
celebraciones y caminos éticos y espirituales. Su función primordial es crear y
ofrecer las condiciones necesarias para permitir a todas las personas y
comunidades sumergirse en la realidad divina y alcanzar una experiencia
personal del espíritu creador. Lamentablemente muchas de ellas han enfermado de
fundamentalismo y doctrinalismo que dificultan la misma experiencia, en
esto concordamos con Boof (2012:1), la experiencia una vez hecha, ha creado un
efecto diríamos casi mágico en las personas que luego más tarde la vuelven
rutina y la terminan excluyendo de las demás religiones y convirtiéndola en
rito.
“La clave hermenéutica más
predominante, con base a la cual estos leen el texto bíblico, es en suma la
Experiencia Personal” (Reyes, G. 2011) porque esa misma
experiencia es la que genera tranquilidad y seguridad, porque proviene de su
propia realidad y la espiritualidad no es otra cosa que una vivencia, es un
modo de ser ante nosotros mismos y la sociedad.
La Espiritualidad no es más que
ética
La
ética tiene que ver con nuestra conducta, pero no significa que haya métodos y
reglas específicas, sino más bien que es un asunto de consciencia que se
construye en la misma experiencia de la
convivencia humana, y se activa en el mismo momento cuando tratamos de
discernir entre lo malo y bueno, lo correcto y lo incorrecto, lo adecuado y lo
inapropiado en el comportamiento humano en sus relaciones sociales y
personales.
La
mayoría de gente que asiste a nuestras iglesias acuden a estas buscando
soluciones prácticas o experienciales para
sus problemas cotidianos, pero muy pocos porque quieren cambiar algún
comportamiento en especial, quieren que Dios los ayude con su problemática
económica y su caos familiar, pero pocos quieren que Dios transforme un problema
de deslealtad, de poca honradez o de insolidaridad.
El
problema en verdad está en que creen que tienen que vivir horas con los ojos
cerrados y hasta la vida cerrada para la sociedad, para que sus problemáticas
puedan ser resueltas, mientras que sus conductas chocan con lo que hacen o
aparentan hacer ya sea en la iglesia o en lo oculto de sus cuartos. Jesús
apoyaba el aspecto espiritual, era una persona sumamente espiritual, pero
debemos observar bien que para encontrar esa espiritualidad no se las pasaba
horas en un cuarto o en los montes, sino que utilizaba esos momentos para
encontrarse con Dios el padre a través de su conciencia o de su espíritu, al
igual que con él mismo, para luego salir a la sociedad a encontrarse con la comunidad
y demostrar que si era en realidad muy espiritual, en la multiplicación de los
panes con los hambrientos, la sanación de los enfermos, la libertad de los
oprimidos y demás. Estas acciones de Jesús mostraban su inteligencia
espiritual.
Permítanme
explicarles de que trata la espiritualidad y su inteligencia, esta se encuentra
basada en la experiencia o en un estilo de vida y está en las buenas relaciones
que tengamos en nuestro contexto, o sea la relación con Dios, conmigo mismo,
con mi ámbito social y con la naturaleza, la espiritualidad es como lo dije
anteriormente es un modo de ser ante mis relaciones sociales, dicho en palabras
de Boof (2012:1) es una actitud
fundamental vivida en la cotidianidad de la existencia.
Eso
quiere decir según Roy may (2006:10) que la
espiritualidad es un compromiso con el prójimo, es cuando se descubre a Dios en
el rostro de otro, es ser sensible ante sus problemáticas y ser solidario con
ella, implica acompañamiento, no es pasar mas en el culto, ni estudiar más la
biblia, la verdadera espiritualidad se demuestra en vivir, de tal forma que se
reconoce a Dios en esa persona. Eso es espiritualidad, por eso al ser
justos ante otros, al ser honrados, solidarios, al vivir en equidad, al ser
responsables, compasivos, tolerantes y amorosos se está poniendo en práctica la
espiritualidad.
Vale
la pena recordar ese pasaje en el que Jesús les decía que aquellos que dieran
algo de si para algunos de sus pequeños lo hacen como para él, por eso mismo,
porque la espiritualidad esta basada en el hacer, mucho mas que en el ser, pues
es el mismo hacer que garantiza un mejor ser. La espiritualidad nos lleva hacia el mundo, lejos de evadir
responsabilidades, significa la toma de responsabilidades (May, R. 2006:10) claro esta responder hacia la
interrelación con nuestro contexto.
Problemática posmoderna de la
espiritualidad
En
cuanto a nuestro tiempo experimentamos una triste realidad:
“Vivimos
en un mundo cada vez menos espiritual; las tradiciones cristianas se están
desmoronando por todas partes, los valores cristianos disminuyendo por todos
lados, en otras palabras las cosas se están poniendo cada vez más difíciles”.
Christian
Schwartz
El
siguiente punto se detiene en una asunto que no sabría decir si es más grave
que la espiritualidad que es confundida con lo místico, pero sé que quizás
vendría a ser otro extremo de conceptos de espiritualidad y que se aborda hoy
día, entre esas tenemos a aquello que en la búsqueda de vivir de nuevo en lo
sagrado, se cae en convertir a la espiritualidad en una carente de valores,
individualista, subjetiva, plural, tolerante para con el diferente pero sin aceptarlo
totalmente, hedonista, sincretista pero por indiferencia y por ignorancia a los
elementos que posee el otro.
La
posmodernidad trajo a Latinoamérica elementos muy interesantes, pero también
plago a nuestra cultura de elementos un poco peligrosos, por eso se debe
caminar con cuidado en el posmodernismo, porque así como trajo cosas muy
importantes también complico las cosas para quienes miramos en algunas
comunidades con recelo situaciones un poco fuera de lo ético y de lo bíblico.
Ya que el aspecto de comunidad se está dejando atrás y se está pensando más en
el desarrollo económico y en las necesidades propias, se acude a instituciones
que predominen lo emocional y poco lo racional, grupos donde se solucionen
problemas instantáneamente en 2 minutos, antes que vivir el proceso de sanidad
y evolución; estos términos como evolución, desarrollo, proceso, transición,
son términos de la pre modernidad y la misma modernidad, ahora es lo efímero,
lo instantáneo, lo que se consigue rápido, no lo que se logra con un esfuerzo
simultaneo al proceso de alcanzarlo. Todo esto son elementos buenos y malos a
la vez, pero no son malos del todo, ya que por el hecho de ser nuevos no
necesariamente son malos.
“ya
dijimos que la posmodernidad está marcada por el retorno de lo sagrado y lo
religioso, lo cual significa también, en cierto sentido el retorno a Dios. Sin
embargo, esto no significa necesariamente la fortificación e intensificación de
la fe cristiana – ya que en la posmodernidad Dios no puede ser tan exigente -, sino
el surgimiento de una religión light. Con el despertar religioso de la
posmodernidad, estamos encarando una realidad muy confusa y cambiante”.
Con
estas palabras In sik hong (2001:16) da sentido a nuestra afirmación y nos hace
entender el peligro de la espiritualidad que se trata de vivir hoy, la
espiritualidad medieval, porque para mi concepto es una propuesta no de un
desarrollo, sino de un retroceso años luz en la iglesia, volviendo casi a
vender la salvación, a comprar amuletos y a creer en lo mágico y en un mercado
que aplasta al ser humano su libertad y sus derechos.
Desarrollar Inteligencia Espiritual
Este
es el desafío que nos queda hoy, vivir la espiritualidad, no desde la
modernidad excluyente, ni desde lo nuevo de la posmodernidad, sino re proponer
un sentido de comunidad, de vivir para el otro, de convivir en sociedad y que
esta forma de espiritualidad pueda ayudar a los demás, de bienestar hacia
quienes nos rodean, no que gire en torno a nosotros, sino que nos ayude para
tener una mejor relación con nosotros mismos, a conocernos más a nosotros
mismos, pero que a la vez nos sirva de expresión hacia otros, a Dios desde mi
vida de comunicación con él, hacia mi comunidad en cómo me comporto con ellos y
comparto con ellos y hacia la naturaleza en como la cuido y me hago parte del
proyecto de preservación.
Así
pues la experiencia de la inteligencia espiritual se desarrolla en la acción
hacia los demás, hacia quienes sufren de duras vivencias cotidianas de pobreza,
desempleo, desamor, violencia social, militar, afectiva, entre muchas otras cosas
que nos indiquen que necesitamos desarrollar cada vez mas este tipo de
inteligencia, y que solo la experiencia o el diario vivir en estas
circunstancias son las que promoverán los valores que fundamentaran una ética
de la espiritualidad. Vivir la espiritualidad para Vigil (2005:328)…es tener un nuevo espíritu, entre esos un
espíritu de honradez, que no acepta ocultar la verdad con la injusticia. Es un
espíritu de humildad, que puede aceptar las propias actitudes de prepotencia
habidas en el pasado… por esto y
solo por esto debemos comprender que la espiritualidad es más que adentrarse en
sí, es salirse de sí y mostrarse al mundo quien soy, para decirles ¿en que
podría ayudarlos?, May (2006:50) dice los
valores que han de orientar la espiritualidad son aquellos que fomenten la
comunidad: Libertad, amor, alegría, bondad, fidelidad, humildad, dominio
propio… honestidad, responsabilidad, justicia, bienestar, tolerancia, igualdad
y equidad… La espiritualidad se orienta hacia las relaciones positivas, respetuosas
y amorosas en todas las esferas de la vida.
Santiago
dijo en la Biblia en el capítulo 1 verso 27 que “La verdadera religión es visitar a los huérfanos, y a la viudas, y
mantenerse incontaminado de la corrupción” la verdadera espiritualidad es acción más que
emoción.
La
inteligencia espiritual esta en nuestro cerebro, hace parte de nuestra
naturaleza primitiva, es mucho más que
el ser religioso o asistir a una iglesia o capilla, lo religioso no nos dice
que somos espirituales, es aquella la que trata de construir ética en la
comunidad de fe, no en mi propia
individualidad o subjetividad, basado en lo efímero, lo emocional o lo que me
complazca, como dije anteriormente y que repito en mis propias palabras ahora, el
construir comunidad depende de desarrollar inteligencia espiritual y esta de la
capacidad de vivir una experiencia con la profundidad de nuestro interior
humano en nosotros, porque estando bien con nosotros mismos, esa relación con
mi yo podrá servirme para saber expresar mi espiritualidad para con los demás.
Eso es ética de la espiritualidad.
Bibliografía
1. Boof,
L. 07-09-2012 La Base Biológica de la Espiritualidad. Se tomó de internet el
mismo día de su publicación de:
2. Boof,
L. 28-08-2012 Dimensión de lo profundo: el espíritu y la espiritualidad. Se
tomó el día 7 de septiembre del 2012 de:
3. (Espacio
de neuropsicología)
4. Vigil,
J. M. (2005) TEOLOGÍA DEL PLURALISMO RELIGIOSO: curso sistemático de teología
Popular. 1° Edición en castellano. Quito, Ecuador: Ediciones Abya-yala.
5. Reyes,
George. El paradigma Neoapostolico Latinoamericano: Un Dialogo Hermeneutico. Se
recupero de internet el día 11 de Julio del 2011. http://www.recursosteologicos.org/Documents/Paradigma%20apostolico.htm
6. May,
R. (2006) ÉTICA Y ESPIRITUALIDAD. Pastoral de la Espiritualidad. 1° Edición.
Ecuador: CLAI.
7. Sik
Hong, In & otros (2001) ETICA Y RELIGIOSIDAD EN TIEMPOS POSMODERNOS. 1°
Edición. Buenos aires, argentina:
Ediciones Kairos.
8. Schawartz,
Pp. 271.
Interesante artículo.
ResponderEliminarPrecisamente en el blog de "Razón y Pensamiento Cristiano", estamos publicando una serie, que trata sobre este asunto. Te dejo el link por si le interesa:
http://revista-rypc.org/
Saludos cordiales!