miércoles, 19 de junio de 2013

INTELIGENCIA ESPIRITUAL: Hacia una Construcción Ética de la Comunidad de Fe.

INTELIGENCIA ESPIRITUAL: Hacia una Construcción Ética de la Comunidad de Fe.


Adolfo Céspedes M.
Universidad Reformada

Fundamentalmente deseamos escribir un ensayo que pueda ser de ayuda a la construcción social y ética de la comunidad eclesial, pero sin eximir que pertenecemos a un contexto conciso religioso como lo es el cristianismo y mucho más el pentecostalismo, quienes para mi opinión necesitan de una revaloración del concepto de espiritualidad y de religiosidad, al igual que de una investigación objetiva de su origen biológico, histórico y ético. Para lograr esta meta necesitaríamos de una relevancia al termino inteligencia espiritual, luego un análisis de su origen biológico y también prehistórico, para más tarde hacer un contraste entre espiritualidad y religiosidad, después tocare el tópico sobre la espiritualidad desde la ética, agregare el problema de hablar de ética de la espiritualidad en nuestro tiempo (Posmodernidad) para que por fin terminemos dando un concepto claro de lo que entendemos por espiritualidad en la comunidad y la relación que tiene con la ética, y cual sería nuestra propuesta para desarrollar inteligencia espiritual.
En otro orden de ideas este esbozo teórico nos lleva a admitir que la espiritualidad se ha entendido en términos místicos, en situaciones de éxtasis y de alienación, conceptos que nos han alejado no solo de entender la espiritualidad sino que también de vivirla, dando paso a que se vuelva a la parte de negar como tal la existencia de Dios o de creer en él pero sin cuidado de lo que hace, totalmente indiferente ante sus acciones, por eso creemos que la espiritualidad necesita de una revitalización y redescubrimiento en términos axiales para nuestro mundo hoy.

La espiritualidad como parte de nuestra naturaleza
En primer lugar la vida nos ha enseñado que los seres humanos podemos ejercer diferentes opciones de capacidades por las múltiples disciplinas en las que nos sentimos capaces de funcionar, todos los seres humanos poseemos diferentes inteligencias, la emocional, la intelectual y la afectiva, hecho, que ya fue demostrado en el campo científico, hoy día a partir de Danah Zohar y el psiquiatra Ian Marshall se habla al igual de inteligencia espiritual (Boof, L. 2012:1) como la capacidad de vivir una experiencia con la profundidad de nuestro interior humano en nosotros, que pueda servir de expresión para con los demás.
Boof (2012:1) nos dice que el ser humano no solo contiene una parte corporal, ni solo interior como parte psíquica, sino que al igual tenemos una lado mucho más allá de esa parte psíquica que habita en nosotros siendo como una dimensión de profundidad, esta  no contiene nuestras emociones ni tampoco nuestros sentidos, sino que posee algo más profundo de nosotros con el que podemos interactuar, yo le llamaría un yo interior, que algunos podrían confundirle con la conciencia, ese que tiene la capacidad de vivir una experiencia única de reflexión, comprensión e incidencia hacia todo nuestro yo esencial; es claro que no hablo de algo diferente a nosotros mismos, recreando una dualidad, en realidad este es solo una parte de nuestro todo, ya que el ser humano no son partes desiguales entre sí, sino que al contrario es una conjunción de una sola parte holística: de uno solo, un todo.
Así mismo se puede señalar que todos los seres humanos sin excepción de ninguno poseemos esta clase de inteligencia, algunos en menor escala, pero no porque no puedan desarrollarla, sino simplemente porque no han determinado hacerlo. Lo más interesante de todo esto es que la ciencia nos ha permitido encontrar esa parte que algunos cientificistas llaman “El punto de Dios en el cerebro”, porque desde la neuropsicología es posible detectar a través de un proceso de neuroimagen el momento en que se activan algunos lados del cerebro admitiendo que existe un circuito neuronal que registra la experiencia espiritual, se activa como tal el lóbulo temporal que es la zona en la que los procesos de audición, aprendizaje, memoria y emoción utilizados en la experiencia espiritual al ser desarrollada, la zona inferior pues del lado derecho se procesan imágenes en el culto que las asociamos continuamente y en el lado central del lado derecho es sensible a las emociones que se activan cuando se participa a eventos espirituales de oración. ( )
Entonces esto nos muestra que hay una base biológica para hablar de la espiritualidad, pero no como Freud que afirmaba que la religión estaba creada en nuestro cerebro, diciendo que el cerebro creaba la situación religiosa, al contrario hoy afirmamos que es la experiencia religiosa la que toma la iniciativa y nos permite a nuestro mundo corpóreo activarse ante ella.
Inclusive esto nos permite remontarnos al pasado, a siglos y siglos de existencia del ser humano, donde este antes de ser un ser de cultura, de preparación intelectual, de la búsqueda por la verdad y la opinión ante ella, era un ser en la nada que construía cosas importantes para su desarrollo o evolución misma. Aunque no se tenía mucho conocimiento si había conductas de búsqueda por lo desconocido, adoración a lo sublime, al mismo universo, a la misma naturaleza o a los dioses que ellos mismos se inventaban a través de sus mitos y leyendas, antes de ser ese ser humano preparado había dentro de él una conciencia espiritual, Los seres humanos, desde sus orígenes y primeros pasos de evolución han desarrollado un compromiso ante lo espiritual, como lo describe José María Vigil (2005:306) del pensamiento de Diarmuid ó Murchu cuanto más se sumergen los especialistas en la (Pre) historia de nuestra humanidad, lo que encuentran no es analfabetismo, incultura, salvajismo caníbal – Como lo imaginamos al pensar en la prehistoria sino una creatura espiritual y socialmente integrada con el mundo de su tiempo en evolución. Es decir que el ser humano hombre y mujer es un ser espiritual a priori.
¿Religioso o Espiritual?
De modo que el ser humano decidió ser antes más espiritual, que religioso. Porque lo religioso ha establecido demasiadas normas, leyes, ritos, costumbres, hábitos que lo han institucionalizado llevándolo a una organización que ha sacado lo espontaneo y lo que produce entusiasmo, así que lo organizado está en crisis, porque se ha olvidado del origen de la palabra “Religión” como lo que dice Boof (2012:1) lo que nos liga y religa unos a otros y todos a la fuente originaria, lo que nos une a lo sagrado. El ser humano está dejando la religión sin alejarse de lo que lo religa, o sea está dejando viva su espiritualidad, que no es más que su experiencia con lo sagrado, con lo divino, dice Vigil (2005:296): “La religión es simplemente una forma de las muchas en las que se puede expresar esa realidad onmiabarcante y máximamente profunda que es la espiritualidad, que se da en todo ser humano, antes y mas debajo de su adhesión a una religión”.
Es decir, la experiencia es lo que está cobrando vida para quienes buscan a Dios no solo en las iglesias, sino aun dentro suyo. Es mas estos que son ajenos a la intelectualidad de nuestras academias, han propuesto desde su misma irracionalidad un paradigma, el paradigma de la experiencia religiosa. las religiones viven de esta experiencia espiritual. Son posteriores a ella. La articulan en doctrinas, ritos, celebraciones y caminos éticos y espirituales. Su función primordial es crear y ofrecer las condiciones necesarias para permitir a todas las personas y comunidades sumergirse en la realidad divina y alcanzar una experiencia personal del espíritu creador. Lamentablemente muchas de ellas han enfermado de fundamentalismo y doctrinalismo que dificultan la misma experiencia, en esto concordamos con Boof (2012:1), la experiencia una vez hecha, ha creado un efecto diríamos casi mágico en las personas que luego más tarde la vuelven rutina y la terminan excluyendo de las demás religiones y convirtiéndola en rito.
“La clave hermenéutica más predominante, con base a la cual estos leen el texto bíblico, es en suma la Experiencia Personal” (Reyes, G. 2011) porque esa misma experiencia es la que genera tranquilidad y seguridad, porque proviene de su propia realidad y la espiritualidad no es otra cosa que una vivencia, es un modo de ser ante nosotros mismos y la sociedad.
La Espiritualidad no es más que ética
La ética tiene que ver con nuestra conducta, pero no significa que haya métodos y reglas específicas, sino más bien que es un asunto de consciencia que se construye  en la misma experiencia de la convivencia humana, y se activa en el mismo momento cuando tratamos de discernir entre lo malo y bueno, lo correcto y lo incorrecto, lo adecuado y lo inapropiado en el comportamiento humano en sus relaciones sociales y personales.
La mayoría de gente que asiste a nuestras iglesias acuden a estas buscando soluciones prácticas  o experienciales para sus problemas cotidianos, pero muy pocos porque quieren cambiar algún comportamiento en especial, quieren que Dios los ayude con su problemática económica y su caos familiar, pero pocos quieren que Dios transforme un problema de deslealtad, de poca honradez o de insolidaridad.
El problema en verdad está en que creen que tienen que vivir horas con los ojos cerrados y hasta la vida cerrada para la sociedad, para que sus problemáticas puedan ser resueltas, mientras que sus conductas chocan con lo que hacen o aparentan hacer ya sea en la iglesia o en lo oculto de sus cuartos. Jesús apoyaba el aspecto espiritual, era una persona sumamente espiritual, pero debemos observar bien que para encontrar esa espiritualidad no se las pasaba horas en un cuarto o en los montes, sino que utilizaba esos momentos para encontrarse con Dios el padre a través de su conciencia o de su espíritu, al igual que con él mismo, para luego salir a la sociedad a encontrarse con la comunidad y demostrar que si era en realidad muy espiritual, en la multiplicación de los panes con los hambrientos, la sanación de los enfermos, la libertad de los oprimidos y demás. Estas acciones de Jesús mostraban su inteligencia espiritual.
Permítanme explicarles de que trata la espiritualidad y su inteligencia, esta se encuentra basada en la experiencia o en un estilo de vida y está en las buenas relaciones que tengamos en nuestro contexto, o sea la relación con Dios, conmigo mismo, con mi ámbito social y con la naturaleza, la espiritualidad es como lo dije anteriormente es un modo de ser ante mis relaciones sociales, dicho en palabras de Boof (2012:1) es una actitud fundamental vivida en la cotidianidad de la existencia.
Eso quiere decir según Roy may (2006:10) que la espiritualidad es un compromiso con el prójimo, es cuando se descubre a Dios en el rostro de otro, es ser sensible ante sus problemáticas y ser solidario con ella, implica acompañamiento, no es pasar mas en el culto, ni estudiar más la biblia, la verdadera espiritualidad se demuestra en vivir, de tal forma que se reconoce a Dios en esa persona. Eso es espiritualidad, por eso al ser justos ante otros, al ser honrados, solidarios, al vivir en equidad, al ser responsables, compasivos, tolerantes y amorosos se está poniendo en práctica la espiritualidad.
Vale la pena recordar ese pasaje en el que Jesús les decía que aquellos que dieran algo de si para algunos de sus pequeños lo hacen como para él, por eso mismo, porque la espiritualidad esta basada en el hacer, mucho mas que en el ser, pues es el mismo hacer que garantiza un mejor ser. La espiritualidad nos lleva hacia el mundo, lejos de evadir responsabilidades, significa la toma de responsabilidades (May, R. 2006:10) claro esta responder hacia la interrelación con nuestro contexto.
Problemática posmoderna de la espiritualidad
En cuanto a nuestro tiempo experimentamos una triste realidad:
“Vivimos en un mundo cada vez menos espiritual; las tradiciones cristianas se están desmoronando por todas partes, los valores cristianos disminuyendo por todos lados, en otras palabras las cosas se están poniendo cada vez más difíciles”.
Christian Schwartz
El siguiente punto se detiene en una asunto que no sabría decir si es más grave que la espiritualidad que es confundida con lo místico, pero sé que quizás vendría a ser otro extremo de conceptos de espiritualidad y que se aborda hoy día, entre esas tenemos a aquello que en la búsqueda de vivir de nuevo en lo sagrado, se cae en convertir a la espiritualidad en una carente de valores, individualista, subjetiva, plural, tolerante para con el diferente pero sin aceptarlo totalmente, hedonista, sincretista pero por indiferencia y por ignorancia a los elementos que posee el otro.
La posmodernidad trajo a Latinoamérica elementos muy interesantes, pero también plago a nuestra cultura de elementos un poco peligrosos, por eso se debe caminar con cuidado en el posmodernismo, porque así como trajo cosas muy importantes también complico las cosas para quienes miramos en algunas comunidades con recelo situaciones un poco fuera de lo ético y de lo bíblico. Ya que el aspecto de comunidad se está dejando atrás y se está pensando más en el desarrollo económico y en las necesidades propias, se acude a instituciones que predominen lo emocional y poco lo racional, grupos donde se solucionen problemas instantáneamente en 2 minutos, antes que vivir el proceso de sanidad y evolución; estos términos como evolución, desarrollo, proceso, transición, son términos de la pre modernidad y la misma modernidad, ahora es lo efímero, lo instantáneo, lo que se consigue rápido, no lo que se logra con un esfuerzo simultaneo al proceso de alcanzarlo. Todo esto son elementos buenos y malos a la vez, pero no son malos del todo, ya que por el hecho de ser nuevos no necesariamente son malos.
“ya dijimos que la posmodernidad está marcada por el retorno de lo sagrado y lo religioso, lo cual significa también, en cierto sentido el retorno a Dios. Sin embargo, esto no significa necesariamente la fortificación e intensificación de la fe cristiana – ya que en la posmodernidad Dios no puede ser tan exigente -, sino el surgimiento de una religión light. Con el despertar religioso de la posmodernidad, estamos encarando una realidad muy confusa y cambiante”.
Con estas palabras In sik hong (2001:16) da sentido a nuestra afirmación y nos hace entender el peligro de la espiritualidad que se trata de vivir hoy, la espiritualidad medieval, porque para mi concepto es una propuesta no de un desarrollo, sino de un retroceso años luz en la iglesia, volviendo casi a vender la salvación, a comprar amuletos y a creer en lo mágico y en un mercado que aplasta al ser humano su libertad y sus derechos.
Desarrollar Inteligencia Espiritual
Este es el desafío que nos queda hoy, vivir la espiritualidad, no desde la modernidad excluyente, ni desde lo nuevo de la posmodernidad, sino re proponer un sentido de comunidad, de vivir para el otro, de convivir en sociedad y que esta forma de espiritualidad pueda ayudar a los demás, de bienestar hacia quienes nos rodean, no que gire en torno a nosotros, sino que nos ayude para tener una mejor relación con nosotros mismos, a conocernos más a nosotros mismos, pero que a la vez nos sirva de expresión hacia otros, a Dios desde mi vida de comunicación con él, hacia mi comunidad en cómo me comporto con ellos y comparto con ellos y hacia la naturaleza en como la cuido y me hago parte del proyecto de preservación.
Así pues la experiencia de la inteligencia espiritual se desarrolla en la acción hacia los demás, hacia quienes sufren de duras vivencias cotidianas de pobreza, desempleo, desamor, violencia social, militar, afectiva, entre muchas otras cosas que nos indiquen que necesitamos desarrollar cada vez mas este tipo de inteligencia, y que solo la experiencia o el diario vivir en estas circunstancias son las que promoverán los valores que fundamentaran una ética de la espiritualidad. Vivir la espiritualidad para Vigil (2005:328)…es tener un nuevo espíritu, entre esos un espíritu de honradez, que no acepta ocultar la verdad con la injusticia. Es un espíritu de humildad, que puede aceptar las propias actitudes de prepotencia habidas en el pasado…  por esto y solo por esto debemos comprender que la espiritualidad es más que adentrarse en sí, es salirse de sí y mostrarse al mundo quien soy, para decirles ¿en que podría ayudarlos?, May (2006:50) dice los valores que han de orientar la espiritualidad son aquellos que fomenten la comunidad: Libertad, amor, alegría, bondad, fidelidad, humildad, dominio propio… honestidad, responsabilidad, justicia, bienestar, tolerancia, igualdad y equidad… La espiritualidad se orienta hacia las relaciones positivas, respetuosas y amorosas en todas las esferas de la vida.
Santiago dijo en la Biblia en el capítulo 1 verso 27 que “La verdadera religión es visitar a los huérfanos, y a la viudas, y mantenerse incontaminado de la corrupción”  la verdadera espiritualidad es acción más que emoción.
La inteligencia espiritual esta en nuestro cerebro, hace parte de nuestra naturaleza primitiva,  es mucho más que el ser religioso o asistir a una iglesia o capilla, lo religioso no nos dice que somos espirituales, es aquella la que trata de construir ética en la comunidad de fe,  no en mi propia individualidad o subjetividad, basado en lo efímero, lo emocional o lo que me complazca, como dije anteriormente y que repito en mis propias palabras ahora, el construir comunidad depende de desarrollar inteligencia espiritual y esta de la capacidad de vivir una experiencia con la profundidad de nuestro interior humano en nosotros, porque estando bien con nosotros mismos, esa relación con mi yo podrá servirme para saber expresar mi espiritualidad para con los demás. Eso es ética de la espiritualidad.









Bibliografía
1.      Boof, L. 07-09-2012 La Base Biológica de la Espiritualidad. Se tomó de internet el mismo día de su publicación de:
2.      Boof, L. 28-08-2012 Dimensión de lo profundo: el espíritu y la espiritualidad. Se tomó el día 7 de septiembre del 2012 de:
3.      (Espacio de neuropsicología)
4.      Vigil, J. M. (2005) TEOLOGÍA DEL PLURALISMO RELIGIOSO: curso sistemático de teología Popular. 1° Edición en castellano. Quito, Ecuador: Ediciones Abya-yala.
5.      Reyes, George. El paradigma Neoapostolico Latinoamericano: Un Dialogo Hermeneutico. Se recupero de internet el día 11 de Julio del 2011. http://www.recursosteologicos.org/Documents/Paradigma%20apostolico.htm
6.      May, R. (2006) ÉTICA Y ESPIRITUALIDAD. Pastoral de la Espiritualidad. 1° Edición. Ecuador: CLAI.
7.      Sik Hong, In & otros (2001) ETICA Y RELIGIOSIDAD EN TIEMPOS POSMODERNOS. 1° Edición.  Buenos aires, argentina: Ediciones Kairos.
8.      Schawartz, Pp. 271.


1 comentario:

  1. Interesante artículo.

    Precisamente en el blog de "Razón y Pensamiento Cristiano", estamos publicando una serie, que trata sobre este asunto. Te dejo el link por si le interesa:

    http://revista-rypc.org/

    Saludos cordiales!

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