lunes, 20 de junio de 2016

El dios que da miedo, espectro del odio

En estos días, hemos tenido comercialmente en el campo cineasta una película que ha prometido ser un gran espectáculo de terror o miedo para los amantes de este género. Como fans de los films sobre misterio, ficción y miedo, me he puesto a pensar en lo que nos enseñaron que causaba miedo, cuáles imagenes, rostros, situaciones desconocidas o historias exageradas nos podían llevar al escalofriante punto del miedo; reflexionaba en lo que desde niños nos dijeron que debía causar pánico, en cómo ha algunos nos mantuvieron en ese dual acto de compensaciones por nuestro comportamiento: diciéndonos por ejemplo que vendría por nosotros el supuesto “coco” -así se le nombra al diablo para los niños en algunas partes de Colombia- si habías actuado mal o pasarían cosas buenas a quienes habían actuado bien o tenían cierta gentileza con él otro(a); nos indujeron miedo para poder crear bondad, quizás de allí las reacciones de fobias a lo desconocido o la costumbre de algunos de solo ser buenos mientras alguien o algo los vigile, pero puede sospecharse de sus buenas acciones cuando nadie está.