Adolfo Céspedes Maestre
Un
teólogo debe aprender en primera instancia que no se puede llegar a ser maestro
si primero no tiene ese espíritu de querer aprender él mismo de lo que le rodea,
es ese mismo espíritu el que genera en sus aprendices el querer saber del
conocimiento que está impartiendo como docente de la y/o por la vida.
También
un teólogo debe saber que lo que se va a transmitir es un hacer más que meros
conocimientos, no son solo teorías, que aunque importantes e interesantes en la
construcción epistemológica, estas no solo deben divagar en la mente de una
persona para dar una respuesta correcta o interpretación bíblico teológica pertinente,
sino que estas puedan servir para un fin existencial, es eso mismo lo que
quedara en la vida de un estudiante de teología, cuando en realidad sepa que el
desarrollo del conocimiento que adquirió puede generar un hacer hacia el otro,
hacia su comunidad y entorno, hacia el propósito del desarrollo del carácter o
el ser de aquel.
Ahora
bien, un teólogo debe tener claro que al enseñarle no pretende que sus aprendices sean unas máquinas más para
este sistema, sino a ser denunciadores, represores, anti-hegemónicos del mismo;
sistema que simplemente impone una regla de vida para los desfavorecidos:
nacieron para estudiar, estudiaron para conseguir un trabajo, al fin cuando lo
encontraron, entonces trabajaron para casarse y se casaron al fin para ser
animales de carga que lo único que sirven es para trabajar, luego tienen hijos
y viven trabajando para alimentarlo y darles el mismo sentido de existencia que
ellos construyeron, para entonces creer que una vez ya haber alcanzado esto,
morirse, en realidad las personas nacen para morirse antes de haber muerto. Un teólogo
está seguro que ese no sea el fin del ser humano, piensa que ese no es el ideal
que un maestro humanizado debe heredar en su estudiante. Es por eso que la teología
es una pedagogía humana que recrea en todos/as como comunidades un nuevo
sentido de existencia, uno que tiene que ver con la vida, y la vida tiene que
ver con el ser, así que nosotros no solo debemos enseñar a nuestros discípulos
a hacer, sino también a ser, enseñarle a todos y todas las personas la aprehensión
de la vida: ´ser humano´, en imagen con el creador. Enseñar a quienes nos escuchan
a comprender que un humano no nació solo para hacer sino para ser, “humano”,
entre las cosas más importantes de la vida misma.
En
fin, ese el legado que todo maestro debe dejar en la subsistencia de cada
persona que se cruza, que ellos puedan aprender no solo a tener un fin para el
trabajo, sino que también puedan ser excelentes seres humanos en lo que
desarrollan, que la vida de una persona es mas importante que lo que hace como
persona, que pesan más lo valores, las actitudes y la ética que lo que puede
tener en su cuenta bancaria o en su bolsillo después de una larga y tendida
labor. La vida es el ideal que se persigue, ese que nos enseña que vale más lo
que somos que lo hacemos, para garantizar un mejor hacer para el otro debido a
su ser, ese es lo que todo ser humano debe tratar de alcanzar.
1. Imagen: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirvLFumeu4m1guO6nLmkqKn9qdARZ4mfY0hRhpbxl3bNpLClH_fY3ikmylAWMw-Xjytei5JVQnOCzVPhYZqbrmy23oiHnZZdXbqE1s7I9_umwm2Wb4i6wVv_PMJNVemX21dea3chrZsNU/s1600/PEDAGOGIA1.jpg
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